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Jul 11, 2023

Esta pareja abandonó su refrigerador con puerta francesa durante su renovación

Además, perder una ventana puede ser algo bueno. Publicado el 23 de agosto de 2023 1:25 a. m. Podemos obtener ingresos de los productos disponibles en esta página y participar en programas de afiliados. Poco después de mudarse

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Poco después de mudarse a Portland, Oregón, en 2014, Karie Higgins y su esposo, Lee Gibson, comenzaron a sentir un poco de nostalgia. Extrañaban su Nueva Zelanda natal y todos los esplendores que conlleva la vida en el campo: asar s'mores, saltar piedras, dormir una siesta en una hamaca. Así que, a lo largo de dos años, buscaron (y buscaron) una escapada de fin de semana. Finalmente, en un radio de dos horas en coche, encontraron una pequeña cabaña de mediados de siglo en el río Wilson que necesitaba cuidados y cuidados.

Para poder permitirse cualquiera de los cambios que querrían hacer, la pareja creativa (ella recientemente inauguró su estudio de interiores y tienda de decoración; él es diseñador de calzado para Nike) sabía que necesitaban incluir el lugar en Airbnb entre sus visitas. para ayudar a financiar las renovaciones. Sin embargo, el hecho de que tengan extraños alojados con frecuencia en la casa nunca ha obstaculizado los planes de Higgins. Ella siguió adelante y derrochó dinero en costosas encimeras de mármol, y eso no la estresa en lo más mínimo. "Queremos crear un espacio lo más hermoso posible para nuestro disfrute", comparte. “Y, sinceramente, las personas que se quedan en nuestra casa son realmente increíbles. Nunca hemos tenido ningún problema”. Más adelante, ella revela cómo modernizaron la cocina de su cabaña, que alguna vez fue rústica, y la convirtieron en un lugar en el que todos, incluidos ellos mismos, quieren estar.

Para apaciguar su presupuesto (y sus ojos), Higgins hizo algunas actualizaciones cosméticas simples en la cocina desde el principio. Si bien no le encantaban los mostradores de granito oscuro, los mantuvo por el momento y decidió iluminar el espacio quitando los gabinetes superiores de madera oscura y montando estantes flotantes en su lugar. Al igual que los mostradores, todos los electrodomésticos parecían nuevos y funcionaban bien, por lo que también los conservaron temporalmente. En la esquina, con vistas al río, Gibson construyó un banco de comedor con madera contrachapada de abedul para maximizar las vistas.

Luego, más recientemente, destriparon el espacio. Y en el proceso, renunciaron por completo a su refrigerador con puertas francesas. Al ser una casa de fin de semana que solo se usa dos o tres días seguidos, Higgins sabía que no necesitaban un refrigerador independiente enorme. Para crear una apariencia más fluida, amplió la isla para que pudiera colocar un cajón refrigerador de Fisher & Paykel junto con un mini refrigerador y congelador Sub-Zero con máquina de hielo, todo escondido debajo de la encimera. "Es bastante engañoso", dice Higgins. "Puedes conseguir botellas altas de vino y leche allí". En el otro lado de la isla, agregó gabinetes altos que pueden contener tanto utensilios de servicio adicionales como excedentes de comestibles.

¿Su otra decisión controvertida? Cubriendo la ventana de vinilo sobre el fregadero que daba al corredor. “Tenemos tantas ventanas que dan al agua; esta da a una pared negra. Se sentía casi como un televisor”, comparte.

Las cabañas tienen un diseño acogedor, pero en lugar de revestir las paredes con pino, Higgins las cubrió con un tratamiento de yeso veneciano que combina con el color del Schoolhouse White de Farrow & Ball. Contra el fondo beige crema, colgó apliques Charlotte Perriand.

Higgins, fanático desde hace mucho tiempo de los muebles con mármoles mixtos, arrancó las tristes encimeras de granito y las reemplazó con una combinación de Rosso Levanto y Calacatta Viola. El efecto bicolor hizo que la cocina minimalista pareciera mucho más dinámica. Y aunque hacer el perímetro de la habitación en Calacatta Viola fue un derroche importante, porque todavía es una cocina pequeña, pudieron justificar la costosa piedra. Además dedicaron dos recortes al interior de la despensa.

"Esa despensa tenía que ser realmente especial", señala Higgins. Las puertas de roble blanco teñido están colocadas sobre bisagras empotradas que le permiten guardarlas dentro de la caja, dejando completamente expuesta la barra de desayuno. El nicho está destinado únicamente a cosas hermosas; no se permiten microondas feos de acero inoxidable.